por Nacho Pérez | Nov 11, 2025 | Blog
En el modelaje no basta con “pararse bonito”.
Cada vez más, las marcas necesitan modelos que sepan actuar un poquito: que puedan contar una historia con la cara, el cuerpo y pequeños gestos.
A eso le llamamos acting en modelaje y publicidad:
La capacidad de un modelo para transmitir emociones y acciones específicas durante una sesión o un casting, sin necesidad de ser actor profesional.
Si solo sabes hacer “cara neutra” y “sonrisa”, te estás quedando corto.
Aquí vamos a ver qué es exactamente el acting en modelaje, cómo se practica y cómo incorporarlo en tu book y tus polas sin sobreactuar.
1. Qué es el acting en modelaje y publicidad (y qué no es)
El acting en modelaje y publicidad NO es:
- Fingir que eres actor/actriz profesional.
- Montarte una escena de telenovela en cada foto.
- Poner caras raras para “ser diferente”.
Es algo mucho más fino:
- Saber modular tu expresión: de serio a cercano, de curioso a seguro, de relajado a intenso.
- Usar tu cuerpo para contar algo: postura, manos, mirada, dirección del pecho, etc.
- Ajustar tu energía según el tipo de trabajo: banco, marca de ropa urbana, campaña de salud, etc.
En un comercial de TV o una campaña, muchas veces te van a pedir cosas como:
- “Mira a cámara como si te dieran una buena noticia”.
- “Ríete fuerte, como si estuvieras con amigos”.
- “ Camina hacia acá como si llegaras a una cita importante”.
Eso es acting en modelaje.
2. Por qué el acting importa cada vez más
Las marcas ya no buscan solo “caras bonitas”. Quieren:
- Gente que pueda mostrar emoción sin sobreactuar.
- Modelos que puedan adaptarse a un personaje: mamá, profesional, deportista, amigo, paciente, etc.
- Perfiles que se vean reales en foto y en video.
En muchos castings comerciales, el acting pesa más que tus medidas:
si tu gesto es rígido, te ven incómodo y pasa otro.
Por eso, cuando trabajamos un book para modelos en Santiago, no buscamos solo 25 fotos “bonitas”: buscamos variedad de miradas, energías y actitudes que demuestren que puedes dar más que una pose.
3. Cómo practicar acting sin volverte loco
No necesitas una escuela de teatro de tres años para mejorar tu acting como modelo.
Puedes practicar así:
a) Referencias
- Elige campañas que te gusten (moda, comerciales, lifestyle).
- Observa qué hacen con la cara y el cuerpo: dónde miran, cómo se ríen, cómo usan las manos.
b) Práctica con cámara del móvil
- Pon el móvil en trípode o apoyado.
- Graba videos cortos donde:
- Pasas de serio a sonrisa suave.
- Miras algo fuera de cámara, luego vuelves.
- Simulas escuchar algo que te sorprende, algo que te da risa, algo que te preocupa.
Revisa y pregúntate:
- ¿Me veo creíble o forzado?
- ¿Qué gesto me queda natural y cuál se ve raro?
c) Frente al espejo (sí, funciona)
- Practica distintas intensidades de sonrisa.
- Siente cómo se ve tu cara cuando estás realmente curioso, cansado, contento, etc.
- Memoriza esas sensaciones para poder reproducirlas en sesión.
Si quieres profundizar en cómo todo esto encaja en el camino completo del modelo, revisa:
Qué se necesita para ser modelo
4. Cómo se ve el acting en tu book y tus polas
En el book
En tu book deberíamos ver:
- 1–2 fotos con expresión neutra potente.
- 2–3 fotos con sonrisa real.
- Alguna con más intensidad (mirada fuerte, actitud, carácter).
- Alguna más relajada o “de vida diaria”.
La gracia es que el cliente pueda imaginarte en diferentes papeles.
En las polas
En las polas, el acting es muy sutil:
- Cambios pequeños de expresión (ligera sonrisa vs. serio).
- Postura abierta, presente.
- Naturalidad.
No vas a hacer una escena, pero sí vas a mostrar que no eres un palo sin vida.
5. Errores comunes de acting en modelos
Algunos clásicos:
- Sobreactuar
Caras exageradas, gestos teatrales, poses imposibles.
Se nota a la primera y resta más de lo que suma.
- Hacer siempre la misma cara “que te gusta”
Esa media sonrisa que usas en todas las fotos… mata la variedad.
- Pensar solo en la cara y olvidar el cuerpo
La expresión está también en los hombros, el pecho, las manos, la forma de pararte.
- No escuchar la dirección
Si el fotógrafo o director te pide “menos” y tú sigues igual, no estás actuando: estás posando a tu bola.
- Confundir acting con ego
Esto no va de “mira qué intenso soy”, va de servir a la historia que se está contando en esa campaña o sesión.
6. Cómo mejorar tu acting en sesión (el día D)
Cuando vengas a una sesión —de book, polas o test—, puedes hacer esto:
- Llegar con referencias guardadas en el móvil (2–3 campañas que te gusten).
- Decir honestamente qué te sale natural y qué te cuesta.
- No bloquearte si al principio te ves raro: a todos nos pasa.
- Tomar la dirección como un juego: probar, ajustar, volver a intentar.
En las sesiones de book para modelos, muchas veces trabajamos pequeñas “micro escenas” para sacar expresiones más auténticas.
Y en las sesiones de fotos para casting en estudio, aunque todo es más técnico, igual se nota quién tiene algo de acting y quién solo está aguantando la respiración.
7. Acting, castings y trabajo real
En castings para comerciales te van a medir sobre todo por:
- Qué tan natural se ve tu reacción.
- Qué tan bien entiendes la indicación.
- Qué tan rápido puedes ajustar si te piden algo distinto.
Puedes tener el look perfecto, pero si en el video de casting pareces un robot, lo tienes complicado.
Por eso, en tu camino como modelo, te diría:
8. Próximo paso: que tus fotos cuenten algo más que “estuve ahí”
Si quieres que tus fotos dejen de ser solo un registro y se conviertan en herramientas para conseguir trabajo, el acting no es opcional: es parte del paquete.
Podemos trabajarlo juntos en:
A partir de ahí, cada vez que alguien vea tu material va a sentir algo más que “ok, buena cara”:
va a pensar “esta persona puede sostener un personaje frente a cámara”.
por Nacho Pérez | Nov 9, 2025 | Blog
Si emprendes, ya lo sabes: una buena sesión de fotos no es un “lujo bonito”; es una herramienta de venta. En segundos alguien decide si confía en ti, si te ve profesional y si se queda leyendo lo que ofreces. Yo lo he visto una y otra vez: cuando la imagen conversa con tu propuesta de valor, la gente permanece y actúa (aunque aquí hablaremos solo de cómo lograrlo, sin venderte nada). Da igual si vendes asesorías, terapia, diseño, programas online o un estudio de arquitectura: tu cara, tu postura y tu contexto comunican mucho antes que el texto.
¿Por qué no es un lujo? Es tu herramienta de ventas en segundos
Idea central: la fotografía de marca personal reduce fricción. Antes de leer un texto largo, el cerebro procesa señales visuales: limpieza, coherencia, actitud, contexto. Por eso un retrato pensado con intención —como los que trabajo también en mis retratos corporativos en Santiago— abre la puerta a todo lo demás.
Confianza inmediata. Un retrato consistente con tu “promesa” (seriedad, cercanía, creatividad) hace que el visitante te dé el beneficio de la duda y siga explorando. Si vendes finanzas, la imagen tiene que sostener esa idea de claridad y orden; si vendes creatividad, se tiene que sentir un mínimo de frescura y riesgo controlado.
Lectura guiada. Una imagen bien resuelta “abre la puerta” a tus titulares y beneficios. En mi experiencia, cuando la portada refleja tu tono, la permanencia aumenta porque el usuario siente que “está en el lugar correcto”. De lo contrario, ni siquiera llega a leer tus mejores argumentos de venta.
Memoria y recordación. Si tu look & feel se repite en web, LinkedIn e Instagram, la marca se fija. No se trata de repetir la misma foto en todos lados, sino de que exista una coherencia: colores, estilo de luz, energía, tipo de encuadres.
Coherencia de valor. No se trata de “verse bonito”, sino de alinear imagen, texto y oferta. Un feed limpio con fotos de stock que no se parecen a ti tampoco ayuda: lo que mostramos en imagen tiene que estar al servicio de cómo trabajas y a quién ayudas.
Qué diferencia una foto “bonita” de una foto estratégica
La foto “bonita” vive aislada: se ve bien, pero podría pertenecer a cualquiera.
La foto estratégica:
- Tiene un rol claro (portada de web, anuncio, bio, presentación).
- Usa el entorno para contar algo de tu proceso: pizarras, cuadernos, cocina, estudio, consulta, laptop.
- Deja aire para el diseño: espacio para textos, titulares, logos.
Cuando piensas así, dejas de buscar “la foto perfecta” y empiezas a construir una biblioteca de imágenes que trabaja para tu marca.
Confianza inmediata: cómo una imagen hace que se queden leyendo
Expresión y postura: ni rígido ni caótico; comunica la emoción de tu propuesta (sereno, curioso, resolutivo). La mandíbula apretada, los hombros elevados o una sonrisa forzada cuentan otra historia, aunque el fondo sea precioso. Parte del trabajo en sesión es ir calibrando esos microgestos.
Contexto: un café en Lastarria no cuenta lo mismo que una sala acristalada en El Golf. El primero habla de cercanía, creatividad, conversación; el segundo de estructura, corporativo, decisión. Si trabajas con empresas, quizás tenga más sentido un entorno similar al que usarías en una sesión de fotos para empresas en Santiago; si trabajas con consumidores finales, tal vez convenga mostrarte en espacios más cotidianos.
Detalle técnico invisible: foco en ojos, piel natural, colorimetría consistente, fondo que no distrae. No necesitas “entender de foto” para notar cuando algo se siente raro: tonos verdosos, piel plastificada, sombras duras en la cara… todo eso resta confianza, aunque no sepas nombrarlo.
Casos tipo: de bio genérica a perfil que convierte
Consultora: pasó de un headshot plano a un retrato editorial en Barrio Italia con laptop, cuaderno y luz suave. Resultado: su bio “respira” metodología y calidez. En lugar de parecer una ficha más, se entiende que lidera procesos, piensa, acompaña.
Abogado independiente: fondo limpio en Providencia, traje con textura mate, gesto directo y amable; su propuesta “claro, rápido y honesto” se entiende al mirar. Sus clientes potenciales ya sienten que pueden escribirle con confianza antes de leer el primer párrafo de servicios.
Creadora de contenido: exteriores al atardecer, prendas monocromas, props mínimos; su imagen deja espacio al texto y no compite por atención. Sus piezas en Instagram pasan de “posteos improvisados” a contenidos donde la estética está al nivel del mensaje.
Tienda o marca personal con producto físico: combinar retratos del fundador con imágenes del catálogo —en la línea de mi trabajo de fotografía para marcas y tiendas— hace que la historia sea completa: se ve la cara detrás del proyecto y el resultado final en manos del cliente.
Mi método en 5 pasos (briefing, moodboard, looks, locación, dirección)
No todos los fotógrafos trabajan igual; aquí va una ruta práctica para que evalúes cualquier propuesta (o la armes tú con quien elijas).
1. Briefing de negocio (no solo de imagen)
Define público, objeciones y tono de tu oferta. No es lo mismo comunicar “acompañamiento terapéutico en procesos largos” que “consultoría exprés para destrabar decisiones”. El briefing debería incluir: qué vendes, a quién, en qué precio, qué te diferencia y qué te dicen tus mejores clientes.
2. Moodboard y palabras clave
“Cercanía profesional”, “energía creativa”, “rigor técnico”… Estas guían vestuario, gestos y entorno. Un buen moodboard no es una carpeta de Pinterest sin filtro; es una selección cuidada de 10–20 imágenes que marcan dirección de luz, colores, tipos de encuadres y atmósfera.
3. Looks y paleta
Dos a tres combinaciones que dialoguen entre sí; evita patrones estridentes y logos ajenos. Piensa en capas (camisa + blazer, vestido + chaqueta) que permitan variar rápido sin cambiar completamente de personaje. Así, en una misma sesión obtienes imágenes útiles para distintos canales.
4. Locación estratégica
Estudio para control absoluto; exterior para contar historia (Santiago ofrece barrios con carácter). A veces tiene sentido sumar tu lugar de trabajo real: consulta, oficina, taller, cowork. Ahí aparecen detalles que hacen que tu cliente sienta tu día a día, igual que en otras sesiones de fotos profesionales que realizo en Santiago para equipos y empresas.
5. Dirección para no-modelos
Microinstrucciones (“nariz a luz”, “peso atrás”, “mirada fuera de cámara”) y respiraciones para soltar el gesto. La diferencia entre alguien puesto “ahí” y alguien bien dirigido es enorme. La sesión debe sentirse como una conversación guiada, no como un examen.
Qué llevar: vestuario, accesorios y paleta seguras
Regla de textura > estampado. Lanas finas, algodón, lino o mezclas mate lucen mejor que brillos. Las texturas dan sensación de calidad sin gritar; los estampados arriesgados se cansan rápido y distraen.
Paleta que favorece piel. Neutros (grafito, arena, azul oscuro) + un acento propio. Si tu marca usa ciertos colores (por ejemplo, verde bosque o mostaza), puedes incorporarlos en detalles: pañuelo, libreta, taza, blazer.
Accesorios con propósito. Lentes, cuaderno, tablet: que sumen contexto sin robar protagonismo. Si nunca trabajas con computador delante del cliente, no tiene sentido posar con el notebook sólo “porque queda bien”.
Backup minimalista. Camisa/blazer adicional y pañuelos/gomas para imprevistos. Incluir también: zapatos que se vean limpios si haremos plano entero, cinturón si aporta estructura y, para quienes usan maquillaje, productos básicos para retoques rápidos.
Guía de poses para no-modelos (rápida y natural)
Triángulos con brazos para evitar rigidez. Apoyar ligeramente la mano en la cintura, cruzar brazos sin apretar, apoyar codo en respaldo: todo eso genera líneas agradables.
Ejes: ligera rotación de hombros + barbilla abajo/arriba milímetros. Ni frontal tipo foto carnet, ni giro exagerado: ese punto medio donde el cuerpo se ve natural y estilizado.
Manos con tarea: sostener libreta, taza o simplemente ajustar el blazer. Las manos “sin hacer nada” son las primeras en volverse raras; darles una acción sencilla las relaja y se siente más auténtico.
Microsecuencias: 5–10 segundos por pose, respira, cambia. Es mejor trabajar en pequeñas transiciones que buscar “la pose perfecta”. De una secuencia fluida salen 3–4 fotos muy diferentes sin que te des cuenta.
Dónde fotografiar en Santiago según tu estilo
Santiago es variado y eso juega a favor de tu narrativa visual.
Lastarria y Barrio Italia: creativo y editorial
Calles con textura, cafés con luz lateral y colores cálidos. Ideal para coaches, creativos, diseñadores, terapeutas y profesionales donde la cercanía manda. Puedes mostrarte caminando, revisando notas, conversando con un supuesto cliente.
El Golf y Providencia: corporativo y pulcro
Líneas limpias, vidrio y metal, interiores con fondos neutros. Va bien para servicios financieros, legales, consultorías B2B que requieren sobriedad. Aquí funcionan trajes, blazers, vestidos estructurados y gestos seguros.
Ñuñoa, centro y parques: urbano equilibrado
Barrios residenciales con plazas, bibliotecas, cafés y veredas amplias. Para marcas personales que quieren verse cercanas, profesionales, pero no excesivamente formales, estos espacios son una muy buena mitad de camino.
Estudio vs exterior: cuándo conviene cada uno
Estudio: control total de luz, fondo y clima; excelente para headshot consistente. Ideal si necesitas muchas variaciones de encuadre con un look muy limpio o si tu empresa quiere replicar el mismo estilo para varias personas del equipo.
Exterior: storytelling contextual; mejor para lifestyle editorial y “marca con carácter”. Permite enseñar ciudad, movimiento, espacios que tu cliente reconoce, y conectar más desde la historia que desde el rol.
Híbrido: 30–40 minutos en estudio + 30–40 en exterior cercano para variedad sin perder cohesión. Suele ser la opción más rentable para emprendedores: en una sola sesión obtienes material para meses y para distintos tipos de publicaciones. Si quieres ver cómo se combinan diferentes enfoques de sesión, en mi guía de tipos de sesión de fotos explico más formatos y usos posibles.
Qué suele incluir una sesión y cómo evaluar propuestas (enfoque comparativo)
Para no canibalizar ningún servicio, esto no es una oferta, sino una lista orientativa para comparar opciones del mercado:
Preproducción: briefing, moodboard, guía de vestuario. Si alguien llega a la sesión “a ver qué sale”, es una señal de alerta: la improvisación total suele terminar en fotos genéricas.
Duración: 60–120 minutos, 2–3 looks, 1–2 locaciones. Más no siempre es mejor; lo importante es que cada escenario esté bien pensado para un uso concreto (portada web, foto de perfil, portada de reel, etc.).
Archivos: selección curada + edición básica (color/contraste) y retoque ligero. Mejor 25–40 fotos sólidas que 200 casi iguales. Pregunta cuántas imágenes finales se entregan y con qué tipo de edición.
Formatos: versiones para web (ligeras) y alta resolución. Ideal tener ambas: las livianas para cargar rápido, las grandes para imprimir o usar en piezas de diseño.
Uso: web, redes, prensa orgánica (verifica licencias si usarás anuncios). Asegúrate de entender si puedes usar las fotos en campañas pagadas o sólo en orgánico; algunas propuestas limitan ese uso.
Tiempos: pre-selección en 48–72h y entregas finales acordadas. Un plazo claro evita frustraciones, sobre todo si tu sesión está ligada al lanzamiento de un programa o una campaña concreta.
Criterios de calidad al revisar portafolios: consistencia de color, nitidez en ojos, piel realista (sin “plastificar”), variedad de gestos, integración con entorno. Fíjate también si todas las personas se ven idénticas (misma pose, mismo fondo) o si el fotógrafo adapta la sesión al perfil de cada cliente.
Recuerda: “no es un lujo bonito; es una herramienta de venta”. Si una propuesta te ayuda a contar tu valor en segundos, vas en la dirección correcta.
Preguntas frecuentes
¿Cuánto dura una sesión de marca personal en Santiago?
Entre 1 y 2 horas rinde bien para emprendedores con agenda ajustada. Importa más la planificación previa que alargar el tiempo. Una buena conversación antes de la sesión puede ahorrar 30 minutos de dudas delante de cámara.
¿Qué ropa funciona mejor para LinkedIn e Instagram?
Tonos sólidos y texturas mates. Evita brillos y micro-rayas finas (pueden hacer moiré en pantalla). Piensa en capas: blazer/sweater que puedas poner y quitar para variedad rápida. Para Instagram puedes arriesgar un poco más con color; para LinkedIn, mantén una base neutra y añade acentos con cuidado.
¿Estudio o exterior?
Si buscas consistencia (equipos grandes, plantillas corporativas), estudio. Si necesitas historia y cercanía, exterior o híbrido. Muchos emprendedores combinan un retrato más serio para LinkedIn con fotos más relajadas para Instagram y su web.
¿Cuáles son buenas locaciones en Santiago?
Barrios como Lastarria, Barrio Italia, Providencia y El Golf ofrecen estéticas claras (creativa vs. corporativa). Elige en función de tu tono de marca y de dónde se mueven tus clientes. No tiene sentido fotografiarte en un entorno ultra corporativo si tu propuesta es más doméstica o terapéutica.
¿Cuándo es la mejor luz?
Hora dorada (primeras y últimas horas del día) en exterior; en estudio, cualquier horario porque la luz es controlada. Si trabajamos en interiores con grandes ventanales, también conviene evitar el sol cenital más duro.
¿Y si no sé posar?
Nadie “sabe” al comienzo. Un buen proceso te guiará con microinstrucciones y pausas para respirar. Lo importante es comunicar tu propuesta, no “parecer modelo”. La idea es que te reconozcas sin sentir que estás interpretando un personaje ajeno.
¿Cada cuánto tiene sentido repetir una sesión?
Depende de cuánto evolucione tu marca y tu imagen. Para la mayoría de emprendedores, una sesión bien pensada dura entre 12 y 24 meses. Si cambias de nicho, estilo visual o propuesta, o si tu aspecto cambia mucho, es buen momento para actualizar.
Conclusión
La sesión de fotos para emprendedores y marcas personales en Santiago no es cosmética; es estrategia. Cuando tu imagen abre la puerta y tu mensaje pasa, la audiencia se queda leyendo. Si además cuidas contexto, vestuario, dirección y coherencia entre canales, tu marca se entiende en segundos. Eso —y no otra cosa— es lo que convierte: que quien llegue a tu web o a tu perfil sienta que está frente a alguien profesional, alineado y real, y decida quedarse un poco más para descubrir lo que puedes hacer por él.
Preguntas frecuentes
¿Cuánto dura una sesión de marca personal en Santiago?
Lo habitual es entre 1 y 2 horas. Importa más la planificación previa (briefing, vestuario y locaciones definidas) que alargar el tiempo; con una sesión bien pensada puedes sacar material para varios meses.
¿Qué ropa funciona mejor para LinkedIn e Instagram?
Funcionan muy bien los tonos sólidos y las texturas mates (lino, algodón, lana fina). Evita brillos fuertes y micro-rayas muy finas. Piensa en capas (blazer, sweater, chaqueta) que puedas poner y quitar rápido para variar sin cambiarte por completo.
¿Es mejor hacer la sesión en estudio o en exterior?
Si buscas un look muy consistente y corporativo, el estudio es la mejor opción. Si quieres mostrar más historia y cercanía, conviene exterior o un formato híbrido (parte estudio, parte calle o locación real). Muchos emprendedores combinan ambas cosas en una sola sesión.
¿Cuáles son buenas locaciones en Santiago para una sesión de marca personal?
Depende del tono de tu marca. Lastarria y Barrio Italia funcionan muy bien para perfiles creativos y cercanos; El Golf y parte de Providencia encajan mejor con servicios más corporativos; barrios como Ñuñoa o parques urbanos dan un equilibrio entre profesional y cotidiano.
¿Y si no sé posar o me incomoda la cámara?
No necesitas experiencia previa. La sesión se trabaja con microinstrucciones sencillas (cómo colocar el cuerpo, qué hacer con las manos, dónde mirar) y pausas para respirar. El objetivo no es que parezcas modelo, sino que comuniques tu propuesta de forma natural.
¿Cada cuánto tiene sentido repetir una sesión de fotos de marca personal?
Para la mayoría de los emprendedores, una sesión bien pensada dura entre 12 y 24 meses. Conviene actualizar cuando cambias de nicho, ajustas tu estilo visual, renuevas tu web o tu aspecto cambia lo suficiente como para que tus fotos ya no te representen.
por Nacho Pérez | Nov 8, 2025 | Blog
¿De verdad necesitas hacer un curso de modelaje para ser modelo profesional en Chile?
Si estás haciendo esta pregunta, ya estás un paso por delante del resto: no quieres tirar tu tiempo ni tu plata.
En Chile hay academias, escuelas y “cursos de modelaje” por todos lados. Todos prometen lo mismo:
“Vas a salir lista para las pasarelas”,
“Vas a ser modelo profesional”,
“Te abrimos las puertas de la industria”.
Pero… ¿es así de simple?
En este artículo vas a ver, sin humo, cuándo un curso de modelaje te puede ayudar, cuándo es completamente prescindible y, sobre todo, qué necesitas sí o sí para empezar a trabajar como modelo (con o sin curso).
Si quieres ir directo a la acción, puedes revisar cómo trabajamos el Book para modelos y las Polas para casting en estudio.
Qué significa de verdad ser modelo profesional hoy en Chile
Ser modelo profesional no es solo “ser linda” o “ser fotogénico”.
Un modelo profesional es alguien que:
- Llega puntual y preparada a cada sesión o casting.
- Entiende cómo funciona una producción: fotógrafo, maquillaje, cliente, agencia, tiempos.
- Puede seguir instrucciones sin bloquearse delante de la cámara.
- Sabe moverse, posar y cambiar de expresión sin parecer robot.
- Tiene material profesional para enviar: book y polas actualizadas.
Hoy el trabajo de modelo en Chile va mucho más allá de la pasarela:
- Campañas para marcas de ropa y e-commerce.
- Publicidad (gráfica, redes sociales, catálogos).
- Contenido para Instagram, TikTok y marcas personales.
- Proyectos con agencias y productoras.
Para entrar a ese mundo, un curso puede ayudar… pero no es la llave mágica. Lo que sí marca la diferencia es tener un buen book y polas profesionales.
¿Es obligatorio hacer un curso de modelaje para ser modelo profesional?
La respuesta corta: no, no es obligatorio.
Hay modelos que:
- Fueron descubiertos en un casting abierto.
- Empezaron con buenas fotos y constancia en redes sociales.
- Llegaron a agencias enviando polas y un book profesional, sin ningún curso previo.
Un curso de modelaje no es un requisito legal ni un paso obligatorio.
Ninguna agencia seria te va a decir: “sin diploma del curso no te puedo representar”.
Lo que sí te van a pedir es:
- Polas naturales, donde se vea cómo eres de verdad.
- Un book profesional acorde al tipo de trabajo que buscas.
- Medidas claras y datos actualizados.
- Actitud profesional.
Si aún no tienes nada de eso, tiene mucho más sentido invertir primero en una sesión de book y polas que en un curso teórico.
Entonces… ¿para qué sirve un curso de modelaje?
Un curso de modelaje puede ser una herramienta útil si eliges bien dónde meterte. Te puede ayudar a:
- Perder el miedo a la cámara y a la pasarela.
- Entender mejor tu cuerpo, postura y expresiones.
- Aprender a caminar, posar y cambiar de look con seguridad.
- Conocer más gente de la industria (maquilladores, fotógrafos, otros modelos).
Pero un curso no garantiza trabajo, ni agencia, ni contratos.
Te da herramientas. El resto depende de tu material, tu actitud y cómo te muevas tú.
Cuándo un curso de modelaje SÍ tiene sentido
Un curso de modelaje puede ser buena idea si:
- Te da pánico ponerte frente a la cámara y no sabes por dónde empezar.
- Quieres aprender pasarela porque te interesa el mundo de los desfiles.
- Eres muy joven y necesitas un entorno guiado y controlado para empezar.
- El programa incluye práctica real, feedback honesto y orientación sobre agencias y castings.
Antes de pagar, revisa muy bien qué incluye: clases reales, prácticas, nivel del equipo docente y calidad de las fotos que entregan.
Cuándo NO necesitas un curso (al menos no todavía)
Probablemente no necesitas un curso de modelaje todavía si:
- Tienes presupuesto limitado y no tienes ni book ni polas profesionales.
- Ya te desenvuelves bien frente a la cámara.
- Lo que te falta no es teoría, sino material profesional para presentar.
- Estás más interesada/o en publicidad, catálogo, e-commerce o redes sociales que en pasarela de alta moda.
En esos casos, lo más inteligente es invertir primero en tus fotos:
- Polas profesionales:
Limpias, naturales, sin exceso de maquillaje, fondo neutro. Puedes ver cómo las trabajamos en las Polas para casting en estudio.
- Un buen book:
Diferentes looks, expresiones y estilos, con dirección de un fotógrafo que entienda el mundo del modelaje, como en el Book para modelos.
Con eso ya puedes empezar a postular a agencias, castings y trabajos.
Lo que sí es “obligatorio” si quieres trabajar como modelo (curso o no)
Hay cosas que todo modelo profesional necesita, haga o no haga un curso:
- Book profesional
Imágenes bien iluminadas, bien dirigidas y coherentes con el tipo de trabajo que buscas.
- Polas actualizadas
Medio cuerpo, cuerpo entero y primeros planos, sin retoques exagerados ni poses forzadas.
- Medidas reales
Altura, contorno, tallas. No sirve maquillar esos datos: te van a medir igual.
- Actitud profesional
Puntualidad, respeto por los equipos, buena comunicación.
- Constancia
Enviar material, presentarte a castings, mantener el book al día, cuidar tus redes.
Si quieres saber exactamente qué suelen pedir las agencias y qué fotos no pueden faltar, puedes revisar los Requisitos para tu book.
Empieza por lo que las agencias te piden primero: book y polas
Si revisas los formularios de la mayoría de agencias de modelos en Chile, lo que piden siempre es lo mismo:
“Envíanos tus polas y tu book”.
Por eso, antes de pensar en pagar un curso caro, pregúntate:
- ¿Tengo fotos profesionales que realmente me representen?
- ¿Mis polas muestran cómo soy hoy?
- ¿Mi book encaja con el tipo de trabajos que quiero conseguir?
En VOGG trabajamos con personas que están empezando y con modelos que quieren subir de nivel. Durante la sesión no solo hacemos fotos: te guiamos en poses, expresión y actitud, para que salgas con material que puedas enviar a agencias y usar en tus redes.
Errores típicos al buscar un curso de modelaje (y cómo evitarlos)
Si decides hacer un curso, cuidado con estos errores habituales:
Creer que el curso te garantiza trabajo
Ningún curso serio te puede prometer contratos seguros o fama.
Si te prometen “trabajo garantizado”, desconfía.
Pagar por “curso + book” con fotos flojas
Muchas academias incluyen sesión de fotos, pero:
- Las hacen en serie, sin dirección personalizada.
- El resultado no se parece al nivel de un book profesional real.
- Te entregan muchas fotos, pero pocas que realmente te sirvan.
Elegir solo por precio o por Instagram
No elijas solo por lo bonito del feed. Fíjate en:
- Experiencia real de los docentes.
- Trayectoria de las modelos que han pasado por ahí.
- Qué tipo de formación y práctica dan exactamente.
¿Curso de modelaje, book o ambas cosas? Estrategia para empezar
Si estás partiendo, una estrategia muy práctica puede ser:
Opción con presupuesto ajustado
- Invertir primero en polas y book profesional.
- Empezar a postular a agencias y castings.
- Aprender en la práctica cómo te sientes frente a la cámara.
Opción con presupuesto medio o alto
- Hacer primero book y polas.
- Luego elegir un curso de modelaje serio que complemente tu formación en pasarela, interpretación, etc.
En todos los casos, el punto en común es el mismo: sin fotos profesionales, es muy difícil que te tomen en serio.
Cómo puedes empezar hoy mismo sin hacer un curso
Si todavía no quieres (o no puedes) hacer un curso de modelaje, puedes avanzar igual:
- Define tu objetivo
¿Te interesa más publicidad, catálogo, moda, fitness, redes sociales? Eso orienta el tipo de fotos que necesitas.
- Ordena tus redes
Limpia tu Instagram: menos ruido, más contenido que te muestre como modelo.
- Agenda una sesión de polas y book
Trabaja con un estudio que entienda el mundo del modelaje y de las agencias. Así sales con material listo para enviar.
- Prepara tu presentación
Una breve descripción sobre ti, 4–6 fotos del book, algunas polas, tus medidas y datos de contacto.
- Empieza a moverte
Envía tu material, participa en castings, cuida tu imagen y mantén tus fotos actualizadas.
Conclusión: ¿curso de modelaje sí o no?
Un curso de modelaje no es obligatorio, pero puede ser una buena herramienta si:
- Ya tienes claro que quieres dedicarte a esto.
- El programa es serio y práctico.
- Lo combinas con un buen book y polas profesionales.
Lo que sí es imprescindible, con curso o sin curso, es tomarte en serio tu imagen, tu material y tu manera de presentarte.
Si quieres dar ese primer paso con seguridad, puedes empezar por construir un buen book y unas polas potentes, y luego decidir si un curso tiene sentido para ti. Ahí es donde VOGG puede acompañarte para que tus primeras fotos como modelo jueguen realmente a tu favor.
por Nacho Pérez | Nov 8, 2025 | Blog
Si cuando te ponen una cámara enfrente te quedas tieso, no eres el único.
Posar no es “ser fotogénico” por magia: es mezcla de postura, ángulos, expresión y algo de actitud. Se aprende.
Este artículo está pensado para ti si:
- vas a hacer tu primer book,
- te invitaron a un casting,
- o simplemente quieres dejar de salir raro en las fotos.
Te voy a explicar, paso a paso, cómo posar en una sesión de fotos de manera natural y profesional, como trabajamos en las sesiones de fotografía para modelos en Santiago.
1. Antes de posar: lo que haces antes de la sesión importa más de lo que crees
La mayoría de la gente solo piensa en “qué pose hago” y se olvida de lo básico:
Duerme y come algo ligero
- Si llegas muerto de sueño, la cara no miente.
- Si llegas con el estómago pesado, el cuerpo se nota más lento y rígido.
No es una sesión de tortura, pero ayuda mucho:
- dormir razonable la noche anterior,
- comer algo ligero un rato antes (no llegar ni muerto de hambre ni recién reventado a almorzar).
Lleva ropa que te represente (y te deje moverte)
En estudios como el nuestro solemos sugerir:
- jeans que te queden bien,
- poleras o tops lisos,
- prendas que muestren un poco la silueta sin apretarte de más.
Regla de oro: si no puedes moverte con naturalidad, no vas a posar con naturalidad.
Practica 5 minutos antes de ir
No necesitas una tarde entera de ensayo:
- 5–10 minutos frente al espejo,
- gira el cuerpo, mueve hombros, prueba 3–4 expresiones,
- mira qué ángulos te gustan más.
Llegas a la sesión con el cuerpo “calentado” y se nota.
2. Entiende tu mejor lado (tu punto seguro)
Todo el mundo tiene un lado que le favorece más. No es narcisismo, es anatomía.
Haz esto:
- Párate frente al espejo.
- Gira la cara ligeramente a la derecha y luego a la izquierda.
- Mira en cuál te ves más proporcionado/a, más tú.
- Haz lo mismo con selfies desde distintos ángulos.
Ese es tu punto seguro.
Durante la sesión, cuando te pongas nervioso/a o se te vaya la inspiración, volver a esa posición hace que retomes confianza al tiro.
En sesiones de book para modelos casi siempre empezamos por ahí: encontrar tu lado, tu altura de barbilla y tu postura base.
3. La postura: media foto se decide en la columna
Tu cara puede estar perfecta, pero si el cuerpo dice “estoy incómodo”, se nota.
Piensa en:
- Una cuerda imaginaria que tira suavemente desde la coronilla hacia arriba.
- Hombros relajados, no pegados a las orejas.
- Pecho abierto, pero sin sacar pecho de gimnasio.
- Abdomen suave hacia adentro, solo lo justo para que no te colapses.
Si estás de pie:
- apoya el peso en una pierna,
- deja la otra más libre,
- la cadera gira un poco, el cuerpo se ve más interesante.
Si estás sentado:
- siéntate sobre los isquiones (los huesitos del poto),
- evita derrumbarte hacia atrás como sillón de Netflix,
- inclínate un poco hacia la cámara, eso te acerca y te hace ver más presente.
4. Manos: el gran drama de las fotos
Las manos son de las cosas que más delatan los nervios.
Errores típicos:
- manos colgando como si no supieras qué hacer con ellas,
- puños cerrados sin motivo,
- dedos hiper tensos,
- manos escondidas SIEMPRE detrás del cuerpo.
Ideas fáciles que funcionan:
- Una mano en la cadera (deja un pequeño espacio entre brazo y torso).
- Una mano jugando con el pelo, la manga, un collar, un bolsillo.
- Las dos manos suaves sobre las piernas si estás sentado, una un poco más adelantada.
- Mano al cuello o mandíbula, pero con dedos suaves, no clavados.
Tip rápido:
si ves tus manos en la foto y parecen “manos de Playmobil”, están demasiado rígidas.
5. Cara y mirada: no todo es “sonríe”
No tienes que sonreír en todas las fotos. De hecho, un book entero solo sonriendo aburre.
Practica tres estados básicos:
- Neutro relajado
- Boca cerrada suave,
- mandíbula relajada,
- ojos tranquilos, no de “foto carnet”.
- Sonrisa pequeña
- casi solo en la boca,
- deja que los ojos participen un poco (lo que llaman “smize”).
- Sonrisa real
- piensa en algo o alguien que de verdad te de risa,
- deja que se desordene un poco,
- no pasa nada si algunas se ven más “caóticas”, a veces esas son las que tienen más vida.
En fotos para casting, por ejemplo, solemos buscar mínimo estos tres registros, porque muestran que puedes expresar cosas distintas frente a cámara.
6. Tu cuerpo y la cámara: jamás frontal del todo
Plantarte totalmente de frente al lente, rígido, suele:
- ensanchar más,
- matar las líneas del cuerpo,
- hacer que parezcas más bajo/a.
Prueba esto:
- gira el cuerpo unos 30–45° respecto a la cámara,
- mantiene el rostro más hacia el lente,
- deja una pierna un poco adelantada, rodilla relajada.
Eso:
- marca algo de silueta,
- crea diagonales,
- da sensación de naturalidad.
Piensa en triángulos:
- entre brazo y cintura,
- entre piernas y suelo,
- entre cuello y hombro.
Los triángulos estilizan, los bloques cuadrados tienden a “aplastar”.
7. Usa el entorno: no eres un recorte flotando
Si estás en estudio, igual hay cosas con las que puedes interactuar:
- pared,
- taburete,
- silla,
- escalera,
- caja.
Si estás en exterior, aún más:
- barandas,
- muros,
- escalones,
- estructuras.
Ideas rápidas:
- apoyarte con la espalda o un hombro en una pared, cuerpo un poco girado.
- sentarte en una escalera y jugar con diferentes alturas de piernas.
- caminar hacia la cámara y dejar que el fotógrafo capture el movimiento.
Cuando te integras al entorno, la foto deja de parecer “pose forzada” y se ve más vivida.
8. Poses concretas que puedes usar ya mismo
No se trata de memorizar 50 poses, sino de tener 4–5 “bases” y variarlas.
Poses de pie
- Cuerpo en diagonal, peso en una pierna, hombros relajados, mirada a cámara.
- Cuerpo en diagonal, mirada por encima del hombro hacia atrás.
- Brazos cruzados suaves (no de policía), hombros sueltos, barbilla un poco hacia adelante.
- Una mano en el bolsillo, otra suelta o jugando con una prenda.
Poses sentadas
- Sentado/a en el borde de la silla, torso ligeramente inclinado hacia la cámara.
- Piernas en ligera diagonal, rodillas juntas o cruzadas suave, manos en piernas o sobre una rodilla.
- Un codo apoyado en muslo o rodilla, mano al mentón, mirada hacia cámara o fuera de campo.
Poses de retrato (primer plano)
- Rostro algo girado, mirada a cámara, una mano entrando suavemente por el borde del encuadre (pelo, cuello, barbilla).
- Rostro casi frontal, mirada un poco por encima de la cámara (da aire, menos intimidante).
- Rostro de perfil ¾, mirada hacia luz principal, expresión suave.
Todo esto tiene más sentido cuando alguien te lo va dirigiendo momento a momento, por eso en las sesiones de fotografía para modelos en Santiago no te soltamos un “haz algo” y listo, sino que vamos construyendo poses desde lo sencillo hacia lo más complejo.
9. Diferencia según tu objetivo: book, casting o redes
No es lo mismo posar para subir una foto a Instagram que para presentarte a una agencia.
Si estás armando tu primer book
- Necesitas variedad: de pie, sentado, retrato, algo de movimiento.
- Necesitas mostrarte versátil, no un solo personaje.
- Mejor pocas fotos muy buenas que muchas parecidas.
En un book para modelos, tu portfolio debería mostrar:
- tu cara clara,
- tu cuerpo,
- tu capacidad de expresar cosas distintas.
Si son fotos para casting
- Importa que se vea bien tu fisonomía, no solo el “look”.
- Las poses no tienen que ser tan producidas, pero sí seguras.
- Algunos castings piden fotos muy concretas: cuerpo entero, perfil, sonrisa, neutro.
Por eso existe el servicio específico de fotos para casting: la idea es darte justo lo que te van a pedir, sin inventar de más.
Si es para redes / marca personal
- Puedes permitirte más juego con entorno y expresión.
- Igual conviene evitar poses que no se parezcan a quién eres fuera de cámara.
- Cuando trabajamos retratos más íntimos, como una sesión de fotos boudoir en Santiago, la clave es la actitud más que la pose perfecta.
10. Errores típicos al posar (y cómo evitarlos)
- Querer hacer poses de revista sin tener base: empieza simple, luego complica.
- Quedarse congelado: la pose es movimiento detenido, no una estatua. Respira, haz micro-movimientos.
- Copiar poses de otra persona que no tiene tu cuerpo / altura / energía: inspírate, no te disfraces de otro.
- Mirar solo el resultado en el celular y perder el ritmo de sesión: confía un rato, no te bloquees por cada foto intermedia.
- No hablar: si algo te incomoda, dilo. Un buen fotógrafo escucha.
11. Cómo trabajamos las poses en VOGG
En VOGG no esperamos que llegues posando como modelo profesional. Eso sería injusto.
Lo que hacemos es:
- Empezar por poses muy sencillas, de pie, en estudio, con luz limpia.
- Ver en cámara qué ángulos te favorecen más (lado, barbilla, postura).
- A partir de ahí, ir subiendo la complejidad: sentado, movimiento, expresiones distintas.
- Si lo necesitas, ayudarte también con todo lo que rodea a la sesión: ropa, requisitos técnicos y requisitos para tu book si estás pensando en postular a agencia.
No se trata solo de sacar fotos bonitas, sino de construir material que te sirva en serio: para agencias, castings y oportunidades reales.
12. Entonces… ¿cómo empiezo?
Puedes practicar todo esto solo/a en casa, y deberías hacerlo.
Pero la gran diferencia se ve cuando:
- tienes una buena luz,
- alguien que sabe dirigir,
- y una sesión pensada para tu objetivo (book, casting, agencia).
Si quieres que te ayude a posar, a entender qué te favorece y a salir de la típica “foto rara”, el siguiente paso es simple: revisa la fotografía para modelos en Santiago y, cuando lo tengas claro, escríbeme desde la página de contacto para planear tu sesión.
Ahí empezamos a trabajar, juntos, para que la próxima vez que estés frente a una cámara no pienses “ojalá salga algo”, sino “tengo claro qué hacer y se nota”.
por Nacho Pérez | Nov 8, 2025 | Blog
Si estás en el mundo del modelaje o de la moda en Chile, tarde o temprano alguien te va a decir:
“Oye, podríamos hacer un test shoot.”
A veces suena a colaboración, a veces a “sesión para el book”, a veces no queda claro si es algo profesional o solo fotos para Instagram.
En este artículo te voy a explicar, en sencillo y sin humo, qué es realmente un test shoot, para qué sirve, qué puedes esperar si eres modelo o marca, y cómo usarlo para que tu book suba de nivel en vez de llenarse de fotos que no te sirven para nada.
¿Qué es un Test Shoot (en serio)?
Un test shoot es una sesión de fotos de moda pensada para probar cosas:
- Probar modelos (sobre todo new faces).
- Probar ideas, estilos, luz, composición.
- Probar equipo creativo: fotógrafo, maquillaje, styling.
Normalmente:
- No responde a un encargo de cliente.
- No es una campaña pagada.
- Es una sesión donde todas las partes buscan material nuevo para su portafolio y la oportunidad de explorar sin la presión de un brief comercial rígido.
Se usa mucho en:
- Agencias de modelos.
- Fotógrafos de moda que quieren actualizar su portfolio o probar una nueva línea editorial.
- Marcas y diseñadores que quieren testear una idea visual antes de invertir en una producción grande.
Piensa el test shoot como un campo de entrenamiento: lo ideal no es solo “tener fotos”, sino descubrir qué funciona contigo en cámara.
¿Para quién es un Test Shoot?
Un test shoot bien planteado puede ser muy útil para:
Modelos que recién empiezan (new faces)
Para ti, un test shoot puede ser:
- La primera oportunidad de trabajar con un equipo profesional.
- El momento de conseguir fotos limpias, naturales y bien dirigidas que sirvan de base para tu book.
Modelos con experiencia
Aunque ya tengas book, un test shoot te puede servir para:
- Explorar un registro distinto (más editorial, más comercial, más beauty…).
- Actualizar tu imagen si cambiaste de look (corte de pelo, color, peso, estilo).
Marcas de moda y diseñadores
Un test shoot también funciona para marcas independientes:
- Probar mood y estilo visual antes de una campaña grande.
- Ver cómo una modelo encaja con tu universo de marca.
Fotógrafos y equipo creativo
Para fotógrafos, maquilladores y estilistas:
- Sirve para experimentar con luz, color, styling y generar material fresco para portfolio, sin el miedo de “fallar” delante de un cliente.
Qué NO es un Test Shoot
Para que no te vendan humo, también hay que aclarar lo que no es:
- No es una campaña de moda con 10 cambios, producción gigante y presupuesto alto.
- No es una sesión de fantasía o temática extrema que solo sirve para likes pero no para tu book profesional.
- No es “fotos gratis” sin ninguna claridad de objetivos o de cómo se usarán las imágenes.
- No es una excusa para pedir fotos provocativas o desnudos cuando se supone que estás haciendo material para agencia.
Un test shoot profesional siempre tiene:
- Un objetivo claro (portafolio, agencia, exploración editorial).
- Límites definidos (qué tipo de fotos sí, qué no).
- Condiciones mínimas sobre uso de las imágenes.
Si eso no está, no es un test shoot serio. Es otra cosa.
Beneficios reales de un Test Shoot bien hecho
Para modelos
Un buen test shoot te ayuda a:
- Entender cómo respondes a la cámara con poses simples y naturales.
- Practicar expresión, mirada y movimiento.
- Conseguir fotos útiles para tu book, no solo para Instagram.
- Mostrarle a una agencia tu versatilidad sin estar sobreproducida.
Para marcas
- Puedes ver cómo se ve tu ropa en una modelo en un contexto más real que un fitting.
- Pruebas paleta de colores, luz, tipo de styling.
- Te sirve como mini laboratorio para luego hacer una sesión más grande de campaña o editorial.
Para el fotógrafo y el equipo
- Permite probar esquemas de luz nuevos, composiciones más arriesgadas e ideas que luego se pueden pulir para producciones reales.
- Mantiene el portafolio vivo y actualizado.
Tipos de Test Shoot que te vas a encontrar
No todos los test shoots son iguales. Algunos ejemplos:
Test shoot “de agencia”
Es el clásico para modelos:
- Luz limpia, fondo sencillo.
- Poses básicas: cuerpo entero, medio cuerpo, perfiles, primeros planos.
- Ropa básica, casi como polas mejor producidas.
Objetivo: que la agencia vea cómo eres realmente, sin tanta producción.
Test shoot editorial
Aquí ya se mezcla lo creativo:
- Puede haber un styling más trabajado.
- Se juega con localización, atmósfera, actitud.
- Sin dejar de lado que el foco sigue siendo la modelo y su potencial.
Es el tipo de sesión que conecta muy bien con una sesión de fotografía editorial de moda cuando quieres llevar tu imagen o la de tu marca a un nivel más alto.
Test shoot comercial / e-commerce
Más orientado a:
- Ver cómo funcionas en ropa de una marca específica.
- Probarte para lookbooks, catálogos y e-commerce.
Suele ser más “neutral” y repetible, pero si el equipo es bueno, igual te deja fotos muy útiles para tu book.
Diferencias entre Test Shoot, Polas y Book
Aquí es donde muchos se pierden, y donde un buen artículo puede marcar la diferencia.
Polas (digitals)
- Fotos muy sencillas, casi siempre con luz limpia y fondo neutro.
- Sirven para que una agencia vea tu aspecto actual tal cual, sin maquillaje recargado ni retoque.
Si estás justo en esa etapa, en VOGG lo trabajamos en la sesión de fotos polas en estudio, pensadas para agencias.
Test shoot
- Sigue siendo bastante limpio, pero con algo más de intención:
luz cuidada, dirección de poses, un poco más de variedad.
- Suele ser la base de tu book cuando estás empezando o quieres actualizar.
Book
- Es la selección de tus mejores fotos (de tests, trabajos reales, editoriales, campañas).
- Muestra tu rango: comercial, editorial, belleza, lifestyle, etc.
Cuando ya estás en fase de mostrarte a agencias o marcas, lo que necesitas es un buen book para modelos que cuente una historia coherente con el tipo de trabajo al que apuntas.
Resumen rápido:
- Polas → “Así soy hoy, sin filtro.”
- Test → “Así me veo en una sesión profesional sencilla.”
- Book → “Este es mi potencial completo como modelo.”
Cómo preparar tu primer Test Shoot
Antes de ver ropa y maquillaje, lo primero es:
1. Revisa quién te lo propone
Pregúntate:
- ¿Tiene portafolio real y consistente?
- ¿Sus fotos se parecen al tipo de trabajo que quiero hacer?
- ¿Ha trabajado con otras modelos o marcas de forma seria?
Si no ves nada de eso y solo hay promesas, cuidado.
2. Pregunta condiciones básicas
Nada de aceptar “a ciegas”. Pregunta:
- Cuántas fotos se entregan.
- Quién elige las fotos finales.
- Qué tipo de retoque se hará.
- Para qué se pueden usar las fotos y quién puede publicarlas.
Un test shoot serio no debería ser un misterio.
3. Ropa y estilismo
Regla general del test:
- Prendas básicas y atemporales: jeans, camisetas blancas o negras, tops simples.
- Colores neutros: blanco, negro, gris, denim.
- Nada de logos gigantes, estampados muy fuertes o accesorios que roben atención.
Si se incluye ropa interior o traje de baño:
- Bikinis o ropa interior sencilla, colores neutros.
- Evitar lencería muy recargada o prendas que parezcan campaña de otra cosa.
4. Maquillaje y pelo
En la mayoría de test shoots profesionales, menos es más:
- Maquillaje estilo “no make up”: mejorar piel, no transformarla.
- Ojos, cejas y labios naturales, sin efectos dramáticos.
- Pelo suelto y también recogido en algún momento para mostrar rostro y perfiles.
Si terminas irreconocible, ese test no sirve para agencia.
5. Actitud
Asume el test como lo que es: trabajo profesional aunque no sea campaña pagada.
- Puntualidad.
- Respeto por el equipo.
- Ganas de probar cosas nuevas.
- Capacidad de decir “no” si algo te incomoda.
Qué pasa el día del Test Shoot
Cada fotógrafo tiene su forma, pero en general:
- Revisión de vestuario y concepto.
- Prueba de luz rápida (en estudio o locación).
- Bloques de fotos:
- cuerpo entero
- medio cuerpo
- close-ups
- perfiles, sonrisa, expresión más seria, movimiento
- Revisión rápida de imágenes para asegurar que hay variedad y material útil.
La duración puede ir de una hora a varias, según la complejidad, cambios de ropa y si se mueven de locación.
Qué pasa con las fotos después
Lo normal (si el test es serio) es:
- El fotógrafo hace una preselección de las mejores tomas.
- Se acuerda cuántas se editan.
- El retoque es moderado:
- exposición, color, contraste
- pequeños ajustes de piel o ropa
- sin cambiarte la cara ni el cuerpo
Las fotos resultantes deberían:
- Servir para tu book profesional, no solo para subir una story.
- Ser coherentes con lo que buscan agencias y clientes.
Red flags: cuándo decir NO a un Test Shoot
Si quieres evitar malas experiencias, ojo con esto:
- Te piden desnudos o poses sexuales cuando supuestamente es para book de agencia o test básico.
- No hay acuerdo claro de cuántas fotos se entregan ni cómo se usarán.
- El fotógrafo no tiene portfolio o todo lo que ves son fotos ultra editadas, sin nada natural.
- Te venden el test como “colaboración”, pero después aparecen cobros raros.
- No respetan tus límites cuando dices que algo no te acomoda.
Un buen test shoot te hace sentir que tu tiempo y tu imagen se respetan. Si no sientes eso, mejor no.
Cómo trabajamos los Test Shoots en VOGG
En VOGG usamos los test shoots como una herramienta concreta para modelos y marcas, no como excusa para hacer fotos al azar.
Para modelos, normalmente un test shoot lo usamos para:
- Construir material que luego se integra en tu book profesional.
- Explorar registros que las agencias quieren ver: natural, editorial, comercial.
- Complementar lo que ya tienes trabajado en fotografía para modelos en Santiago, según si necesitas reforzar polas, book o algo más editorial.
Para marcas de moda:
- A veces hacemos pequeños tests antes de una sesión grande, para ajustar luz, locación, estilismo y modelos.
- Así llegamos a la producción sabiendo qué funciona, en vez de improvisar.
En todos los casos:
- Hablamos antes de objetivos, límites y uso de las fotos.
- Definimos qué tipo de imágenes buscamos (book, polas mejoradas, editorial).
- Buscamos que salgas con material que te acerque a castings y campañas reales, no solo con “fotos lindas”.
¿Te conviene hacer un Test Shoot?
Si estás empezando como modelo, un buen test shoot puede ser una de las formas más rápidas de:
- Perderle el miedo a la cámara.
- Ver qué funciona contigo en luz, poses y expresión.
- Conseguir material que te sirva de base para tu book y tus polas.
Si ya tienes experiencia, un test puede ayudarte a actualizarte y mostrar una versión más madura o diferente de ti misma.
Y si después de leer todo esto todavía no tienes claro si lo que necesitas es un test, un book completo o unas polas bien hechas, lo más fácil es que conversemos: puedes escribirme desde la página de contacto y vemos qué tiene más sentido para tu momento actual.
por Nacho Pérez | Nov 8, 2025 | Blog
Si estás leyendo esto, probablemente no quieres “unas fotos bonitas”: quieres que se vean profesionales y que sirvan para algo.
Si estás buscando un fotógrafo profesional, es normal sentirte abrumado por tantas opciones. En este artículo te ayudo a identificar cómo elegir correctamente al fotógrafo que realmente se adapte a tu proyecto, ya sea personal, corporativo o comercial.
No importa si buscas retratos, cobertura de eventos, fotos para tu marca o una sesión profesional: la elección correcta puede marcar una gran diferencia en el resultado visual y en la experiencia que vives.
1. Primero: define qué tipo de fotógrafo necesitas (no existe el “fotógrafo para todo”)
Antes de contactar a cualquier fotógrafo, es clave saber para qué necesitas las fotos. No es lo mismo.
a) Si eres empresa
Necesitas fotos que hablen bien de tu negocio: eventos, equipo, retratos profesionales, contenido para web y LinkedIn.
Ahí lo que buscas es fotografía corporativa para empresas.
Si quieres ver ejemplos y cómo trabajamos este tipo de sesiones, puedes revisar nuestra página de fotografía para empresas en Santiago.
b) Si tienes una marca
Necesitas fotos que vendan y construyan marca: campañas, fotografía editorial de moda, lookbook, catálogo, contenido para redes.
En ese caso lo que necesitas es fotografía para marcas.
Puedes ver cómo trabajamos con marcas independientes y de moda en la página de fotografía para marcas en Santiago.
c) Si eres modelo (o quieres serlo)
Necesitas material que las agencias se tomen en serio: polas limpias, un book variado, fotos pensadas para casting.
Ahí toca fotografía para modelos.
Si quieres ver ejemplos de book, polas y fotos para casting, puedes entrar a fotografía para modelos en Santiago.
Cuanto más claro tengas en qué grupo estás, más fácil será encontrar al fotógrafo adecuado y no perder tiempo con alguien que no hace ese tipo de trabajo.
2. Evalúa el portafolio con ojo crítico
No mires solo si las fotos son “bonitas”. Fíjate en:
- ¿Se parecen al tipo de resultado que tú quieres lograr?
- ¿Hay coherencia en estilo, luz y edición, o cada foto parece de un fotógrafo distinto?
- ¿Transmiten emoción, profesionalismo o identidad de marca?
Un buen portafolio no es solo una galería estética: es la prueba de cómo ese fotógrafo resuelve problemas parecidos a los tuyos.
Un truco simple: si te cuesta imaginar tus fotos en ese estilo de trabajo, probablemente no es tu fotógrafo.
3. Busca profesionalismo más allá de la cámara
La fotografía profesional no se trata solo de tener una buena cámara. Algunas señales importantes:
- Propuestas claras y aterrizadas a tu realidad
- Contratos o acuerdos formales
- Puntualidad y comunicación fluida
- Entregas en tiempo y forma, sin tener que perseguir a nadie
- Derechos de uso definidos, para evitar sorpresas después
Todo esto hace la diferencia entre un aficionado simpático y un profesional en quien puedes confiar.
La cámara la pueden tener muchos; el profesionalismo, no tantos.
4. Lee opiniones reales o solicita referencias
Antes de decidir:
- Revisa reseñas en Google
- Mira comentarios en redes sociales
- Pide referencias directas si es un proyecto grande
Eso te da una idea real de cómo ha sido la experiencia de otras personas y empresas que ya trabajaron con ese fotógrafo: si cumple plazos, si se adapta a cambios, si es fácil trabajar con él o si todo fue un dolor de cabeza.
Si lo que necesitas es específicamente un fotógrafo para empresas y eventos, también te puede ayudar una guía más detallada sobre el tema, como esta guía de fotografía para eventos corporativos en Santiago.
5. Fíjate si conectas a nivel visual y humano
No se trata solo de que el fotógrafo haga buenas fotos. Se trata de:
- Que entienda tu visión
- Que te ayude a traducir tu idea en imágenes
- Que la experiencia de sesión no sea una tortura
Esto es especialmente importante si:
- Eres poco amigo o amiga de las cámaras
- Vas a mostrar tu cara (retratos, polas, book)
- Representas a tu empresa o a tu marca
Te tiene que dar confianza y sentir que hablas con alguien que entiende negocio, marca y personas, no solo técnica.
Si durante la conversación sientes que solo te hablan de equipo, lentes y cámaras, pero nada de tus objetivos, es mala señal.
Cómo trabajamos en VOGG cuando buscas fotógrafo
En VOGG Fotografía nos dedicamos a tres mundos concretos:
- Empresas: eventos corporativos, retratos de equipo y contenido para web y LinkedIn.
- Marcas: fotografía editorial de moda, lookbook, catálogo y campañas.
- Modelos: book profesional, fotos para casting y polas con estándar de agencia.
La idea siempre es la misma: traducir historias en imágenes profesionales con impacto, alineadas con lo que quieres lograr.
¿Listo para comenzar?
Si ya estás decidido a llevar tu proyecto a otro nivel, lo más fácil es que conversemos y veamos qué tiene más sentido en tu caso.
Puedes escribirme desde la página de contacto.
Cierre
Encontrar al fotógrafo correcto no tiene por qué ser complicado.
Con un poco de claridad sobre lo que necesitas, una revisión honesta del portafolio y una buena conexión visual y humana, puedes tomar una decisión segura y alineada con tus objetivos.
Y si después de leer esto sigues buscando fotógrafo”, ya sabes que al menos no quieres cualquiera: quieres uno que entienda lo que estás construyendo.