Si estás pensando en hacerte fotos para un casting en Santiago, prepárate. Porque esto no se trata de “salir bien”. No es subirte al metro, posar con cara de interesante y esperar que una selfie te abra las puertas de la industria. Es más serio. Es tu carta de presentación. Y si no lo entiendes, ya empezaste mal.
Lo digo porque lo he visto. He estado ahí. He visto perfiles que podrían tener futuro quedarse fuera por algo tan básico como una mala elección de fotos. He visto gente talentosa perder oportunidades por confiar en lo mediocre. Y por eso te lo digo como es, sin vueltas: la mayoría se equivoca, y el error es casi siempre el mismo.
¿Listo para hacer fotos que sí te abran puertas?
¿Qué buscan realmente en una foto de casting?
Primero hay que entender esto: una buena foto de casting no es la que te muestra guapo o guapa. Es la que transmite. Es la que hace que alguien al otro lado diga: “ahí hay algo”. Puede ser presencia, actitud, energía… pero tiene que haber algo. Porque cuando un seleccionador ve 200 perfiles en un día, no tiene tiempo de “imaginar” cómo podrías lucir en persona. O conectas, o quedas fuera.
Ahí es donde muchos se estrellan. Porque piensan que con una cámara buena, fondo blanco y buena iluminación, ya tienen lo que necesitan. Pero una imagen sin alma es igual a cero. Puede estar nítida, puede estar bien compuesta… pero si no muestra nada tuyo, no sirve.
Lo dije antes y lo repito: “Esto no es subirte al metro y ver si te sale bien la selfie con cara de interesante. Es tu puta carta de presentación.”
El error fatal: posar como si supieras posar
Otro fallo gigante es esa obsesión con “lucir como modelo”. Esa cara estudiada frente al espejo, esa pose que aprendiste en TikTok. No funciona. Lo que quieren ver es a alguien que pueda expresar, no a una estatua de Pinterest.
“Esa manía de mirar a cámara con cara de ‘sé posar’. Lo siento, pero no funciona. Quien te está mirando no quiere una estatua. Quiere a alguien que transmita. Y eso no sale con una pose; sale con un momento. Con una dirección precisa. Con alguien detrás que sepa sacarte lo que ni tú sabías que tenías.”
Y eso es otro problema grave: pensar que puedes lograrlo solo. Que con un trípode o un amigo con iPhone basta. No basta. Porque para que aparezca eso que llevas dentro, necesitas a alguien que lo vea, que lo entienda, que lo sepa provocar. Y ese alguien, si es bueno, también sabrá decirte cuándo estás vacío.
La ropa también habla (y puede gritar más que tú)
Si llegas a una sesión fotográfica con una chaqueta plateada, collares como candelabros o una remera con letras gigantes… la estás cagando. Porque no entendiste el concepto de “casting”.
Aquí no vienes a deslumbrar con moda. Vienes a mostrarte. Y si tu ropa distrae, perdiste el foco.
“¿Qué parte de ‘casting’ no entendiste? No vienes a un desfile. Si llevas algo que roba protagonismo, que distrae, que brilla más que tu mirada, cagaste. Punto.”
Tu ropa debe ser neutra. Básica. Como un lienzo que deje ver quién eres. No eres tú el que debe impresionar con vestuario. Es tu cara, tu mirada, tu energía la que debe hablar.
Ropa recomendada vs errores comunes en sesiones de casting
| Tipo de prenda | Acierto Profesional | Error Típico |
|---|---|---|
| Polera o camiseta | Neutra, lisa, sin logos | Con frases, estampados o marcas visibles |
| Pantalones o jeans | Corte clásico, sin roturas | Pantalones con adornos o colores llamativos |
| Calzado | Sencillo, neutro, limpio | Zapatillas deportivas con diseño chillón |
| Accesorios | Ninguno o mínimos | Aros grandes, collares brillantes, relojes llamativos |
La cámara no miente: o conectas o te delata
La cámara es como un espejo con megáfono. Si estás tenso, inseguro, fingiendo… se nota. Se graba en la imagen. Y eso no lo arregla ni el mejor retoque del mundo.
Y es aquí donde entra lo más importante de todo: la conexión con quien te fotografía.
“Si no conectas con el fotografo profesional, la cámara lo escupe. No hay Photoshop que arregle una expresión vacía. Por eso necesitas a alguien que te hable, que te escuche, que sepa cuándo decirte ‘esa mirada está muerta’ y cuándo decirte ‘ahí, no te muevas, ahí estás’.”
Esa persona tiene que guiarte. No solo decirte “ponte ahí”. Tiene que dirigir, provocar, detenerse cuando apareces de verdad y disparar justo ahí. Porque tú no estás del otro lado para saber si algo funciona. Para eso está él o ella.
Y eso nos lleva al siguiente punto.
Te hacen 300 fotos… y te dicen: “elige”
Este error es letal: crees que porque te hicieron muchas fotos, tienes mucho material. Pero si no hubo dirección real, solo tienes 300 versiones de lo mismo. Vacío.
“La mayoría no lo hace. Te disparan 300 fotos y te dicen ‘elige’. ¡Pero si no eres tú el que tiene que saber lo que funciona! Para eso está el que dispara. Si no te dirige, no te sirve.”
Un profesional que sabe, no dispara por disparar. Espera el gesto, la intención, el momento. Porque sabe que esa fracción de segundo puede ser la diferencia entre una foto cualquiera y una que te da un papel.
La estadística que no quieres encabezar
En Santiago, más del 80 % de los modelos nuevos son descartados en el primer filtro de selección por errores en sus fotos. No por falta de talento. No por falta de belleza. Por no saber mostrarse. Por enviar lo primero que tienen. Por pensar que “igual se ve bien”.
“Subes fotos que no dicen nada porque ‘igual se ve bien’. ¿Y sabes qué? Se nota. Se nota que no invertiste en ti. Se nota que mandaste cualquier cosa.”
Y cuando el que selecciona ve 200 perfiles, no necesita una razón para decirte que no. Solo necesita una para decirle que sí a otra persona.
¿Vale la pena invertir en una sesión profesional?
La respuesta es clara: sí. Y no por lujo. Por estrategia. Porque un book hecho con intención puede multiplicar tus posibilidades hasta 5 veces, según agencias locales de moda en 2025. Y porque invertir en una sesión que te muestre de verdad es más barato que perder 10 oportunidades por tener malas fotos.
Haz las cuentas tú. ¿Cuánto vale una oportunidad perdida?
Si tu primera impresión es visual, esa imagen tiene que decirlo todo sin explicaciones. Tiene que dejar claro que sabes quién eres, qué proyectas, y que puedes estar frente a una cámara sin esconderte.
Inversión en sesión profesional vs resultado esperado
| Inversión promedio (CLP) | Posibilidad de respuesta | Duración de resultado |
|---|---|---|
| $150.000 – $300.000 | 3 a 5 veces más llamadas | 12 a 18 meses |
| $0 (sesión casera) | 5 a 10 % de respuesta | Inmediata obsolescencia |
El casting empieza antes del click
Todo esto no se logra solo con técnica. Se logra también con actitud. Con presencia. Con respeto por ti y por lo que estás intentando hacer. Porque si tú no te tomas en serio, nadie más lo hará.
Así que si vas a hacerte fotos de casting, hazlas con alguien que no solo entienda de luz y enfoque. Hazlas con alguien que sepa verte. Que te saque algo que ni tú sabías que llevabas dentro.
“Porque al final, esa es la diferencia entre una imagen cualquiera y una que hace que te llamen. Y si no lo haces así, mejor ni te las hagas. Porque una mala foto no solo no suma… resta.”
No más selfies vacías. Hacemos fotografía de casting con dirección real.
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